EL MISTERIO DE MARILYN MONROE

¿Suicidio… o algo que nunca se quiso revelar?

Marilyn Monroe fue uno de los íconos más grandes del cine y la cultura popular del siglo XX. Su imagen trascendió películas, convirtiéndola en un símbolo de fama, deseo y poder. Sin embargo, detrás de los reflectores, su vida estaba marcada por la presión mediática, problemas emocionales y relaciones peligrosas.

El 5 de agosto de 1962, Marilyn Monroe fue encontrada muerta en su casa de Los Ángeles. Tenía 36 años.

La versión oficial declaró su muerte como un probable suicidio por sobredosis de barbitúricos. Pero desde ese día, el caso jamás dejó de generar dudas.

UNA MUERTE LLENA DE IRREGULARIDADES

Cuando el cuerpo fue encontrado:

• No había vaso con agua cerca

• No se hallaron restos claros de pastillas en su estómago

• El reporte toxicológico presentó inconsistencias

• Personas clave fueron interrogadas de forma superficial

Además, varias pruebas desaparecieron o nunca fueron documentadas correctamente.

VÍNCULOS CON EL PODER

Marilyn mantenía relaciones cercanas con figuras extremadamente influyentes, entre ellas John F. Kennedy y Robert Kennedy. Según múltiples testimonios posteriores, Marilyn poseía información delicada relacionada con política, espionaje y secretos de Estado.

Poco antes de su muerte, personas cercanas aseguraron que:

• Estaba alterada emocionalmente

• Decía sentirse vigilada

• Hablaba de revelar “cosas importantes”

TESTIGOS QUE CAMBIARON SU VERSIÓN

Con el paso de los años:

• Empleados

• Amigos cercanos

• Vecinos

• Periodistas

comenzaron a contradecir la versión oficial.

Algunos afirmaron que:

• Escucharon voces esa noche

• Vieron autos salir de la casa a altas horas

• Marilyn no planeaba suicidarse

Incluso se habló de una intervención directa para silenciarla.

¿POR QUÉ EL CASO SIGUE SIENDO UN MISTERIO?

Porque, aunque fue cerrado legalmente, nunca se investigó a fondo la participación de terceros. No hubo una reapertura seria del caso, pese a las nuevas declaraciones y documentos filtrados décadas después.

Para muchos investigadores independientes, la muerte de Marilyn Monroe no fue un acto voluntario, sino el resultado de intereses demasiado grandes para salir a la luz.